domingo, 29 de mayo de 2011

ANALISIS DE LOS RESULTADOS DE LA CONSULTA POPULAR 1ª PARTE


LOS RESULTADOS DE LA CONSULTA Y SUS IMPLICACIONES EN LA
SITUACION POLITICA Y LA ACCION DE GOBIERNO


BALANCE INTRODUCTORIO

El proceso de consulta popular se lo había venido gestando desde al año anterior en la necesidad de dar nuevo aire a la revolución ciudadana, y gobernabilidad al proceso político, desgastado por el carácter estratégico de la propuesta misma de la revolución ciudadana, que por fuera de las formas tradicionales de la política nacional, ha apostado por un proyecto de desarrollo asentado sobre una profunda reforma y modernización del Estado que ha chocado con el poder de la burocracia inoperante, de un empresariado rentista y una bancocracia omnímoda; revolución ciudadana que a más de priorizar la inversión social en el gasto público, ha acumulado también para desarrollar un proyecto de modernización industrial y de cambio de la matriz energética del país, y que mantenido un manejo soberano de la economía y una política de principios a nivel nacional e internacional; lo que ha lesionado gravemente el poder de la oligarquía y del imperialismo, y la reacción de todos estos sectores día a día ha sido alimentada por los grandes medios de comunicación y sus antenas locales.

En su proceso de continuo avance, el programa de la revolución ciudadana empezó a afectar a mas de los intereses transnacionales imperialistas y oligárquico - burgueses, a un sector de la clase media y media alta asentada en las estructuras burocrático institucionales del sistema, que se vieron compelidas a jugarse en un nuevo escenario, a perder en muchos casos prebendas y canonjías y ello lo ha llevado a servir de base de una fuerte oposición política, pero que no se ha nucleado en un proyecto político alternativo, a no ser el de la conspiración cerrada o desembozada, que hizo su mayor intento el 30 de septiembre; ahí estuvo claro, que la cúpula de la llamada izquierda plurinacional, se desenmascaró como oportunista y vendió su conciencia (como en otros muchos capítulos de la historia nacional) a los intereses de la oposición de la derecha y del imperialismo.

Los resultados de la consulta permite ver que un sector de esta clase media se ha volcado hacia la derecha; y ha dado base de sustentación al reagrupamiento de una oposición coaligada desde la derecha, el centro y la izquierda oportunista; este viraje igualmente se ha manifestado en el nivel parlamentario, en el cual se visibilizaron las defecciones e indefiniciones de los mismos asambleístas de APAIS; de igual manera en muchos de los estamentos de gobierno, esta tendencia a la conciliación sin principios y a deponer posiciones está ahora a la orden del día. Ello ha merecido un fuerte rechazo de parte del líder de este proceso, el Presidente Correa, denunciándolos como oportunistas e izquierdistas de cafetín.

Ha contribuido grandemente a este reagrupamiento de la oposición, cuanto al refrenamiento del ímpetu inicial de la revolución ciudadana, la rémora del cosificado aparato burocrático del Estado, que se resiste y se resiente de los cambios hasta ahora avanzados, siendo el sector judicial uno de los mayormente corruptos e interesados en el mantenimiento del status quo. Para coaligar a este conjunto variopinto de sectores; el papel de los grandes intereses empresariales de los medios de comunicación, ha sido un poderoso factor y a la vez el promotor de una opinión pública, que ha buscado por todos los medios desestructurar los logros del gobierno, y a la principal figura y líder de este proceso el Presidente Correa; pues estos medios son uno de los poderes mayormente afectados en su hegemonía con el actual gobierno; y de la presente Consulta Popular.

Atrás de ellos, pero no por ello menos importantes, en coaligar al frente opositor, han estado las grandes corporaciones oligárquico – empresariales, al igual que los grandes banqueros y comerciantes, afectados en sus ganancias por la rígida política tributaria, de control y fiscalización; así como las transnacionales que se han visto obligadas a someterse a nuevas reglas de contratación como en el caso de las petroleras; y, en definitiva los círculos de la derecha republicana de los Estados Unidos, empoderados en los aparatos del control burocrático-militar del imperio norteamericano; permanentemente no sólo que han militado en la oposición al gobierno, sino aún más han conspirado descaradamente para torcer el camino de la revolución ciudadana o incluso se han jugado por la vía de la sublevación, en la pretensión de echar abajo el nítido proceso de apertura democrática, popular y soberana que se ha instaurado con el gobierno de la revolución ciudadana.

De ahí que el gobierno de Correa haya medido los escenarios de manera estratégica, buscando el apoyo popular en las urnas; sabiendo del peligro de la propuesta de la consulta, esto debido a la aún escasa inserción en el movimiento de masas, del recientemente institucionalizado movimiento de gobierno APAIS, cuanto a la falta de liderazgo social de gran parte de los funcionarios de gobierno, excelentes tecnócratas y escasamente políticos, o en su defecto políticos reencauchados de la vieja partidocracia, que se han subido al vuelo en el carro ganador de APAIS; y, que siembran el desconcierto y la desmoralización en las filas del gobierno, con sus viejas práctica clientelares y corruptas.

Ello de una u otra manera se ha subsanado con el enérgico y tenaz liderazgo del Presidente Correa y de un núcleo duro ideológica y políticamente de tendencia socialista, alfarista y bolivariano; y, por el acertado manejo de las políticas públicas y reformas estatales, especialmente en el área de la economía y el desarrollo; de tal manera que el ascendiente de la revolución ciudadana se ha mantenido en la mayor parte de los estratos de las clases medias y cada vez más se asienta en las clases trabajadoras del campo y la ciudad; a pesar de la oposición de algunas de sus cúpulas dirigenciales a nivel gremial y político; ello es posible de observar en la votación de la consulta popular en las inmensas barriadas suburbanas de las principales ciudades del país.

Pero la base real de sustentación del Gobierno de Correa, a más del buen manejo de la economía, es el amplio apoyo de una clase media baja y de un amplio estrato popular; apoyo que se ha granjeado a partir de una eficaz política de inversión social y de apertura a los sectores mayormente marginados, así como de una acertada política de promoción de justicia social, de desarrollo nacional y de soberanía.

En ello la debilidad mayor, como se ha vuelto a demostrar en las votaciones de la consulta popular; ha sido no asumir con más énfasis políticas de remediación y resolución del gravísimo estado de postración de la inmensa población indígena, aquejada durante más de 500 años de empobrecimiento crónico; y que si bien el actual gobierno en apenas cuatro años de gobierno, ha logrado abatir en un 10% los niveles de pobreza, éstos continúan siendo de aproximadamente del 70%.

Ello que constituye el caldo del cultivo o bien para posiciones mayormente revolucionarias, o para el clientelismo, o la demagogia populista, o para arremetidas psicosociales de amedrentamiento y psicosis, como las que se vieron en esta campaña; en lo cual son expertos agentes de inteligencia militar que ahora militan en la llamada Sociedad Patriótica, cuya cabeza visible es el Crnl. Lucio Gutiérrez, quien habiendo sido derrocado de la Presidencia por una alianza pluriclasista, se ha mantenido con altas votaciones en la sierra central, donde habita la mayor población indígena; situación que ha cosechado además este siniestro personaje, de la oposición inconsulta y demagógica de la dirigencia de la Conaie y su brazo electoral Pachakutik, los cuales no han avanzado a definir un programa ni un proyecto mayormente revolucionario; y se han limitado a ir a la cola de la oposición oligárquica de la derecha; o apenas ubicándose en un centro cada vez más difuso, en el cual la cabeza visible es un Alberto Acosta, cada vez con menor discurso político, y con una plataforma ecologista infantil, que no resiste el menor análisis; en su defecto atrás de esas posiciones ecologistas, el negocio verde multimillonario, el cual implica “confiscación” de la Amazonía a cambio de fideicomisos manejados a través de los organismos de gobierno mundial (léase PNUD), que a la vez son socios de estos organismos ecologistas (léase Ana María Varea, esposa de Alberto Acosta, Directora Nacional del PNUD).

Otro sector fuerte de apoyo a la revolución ciudadana se halla en un amplio conglomerado de la clase media urbana, altamente politizada y que mira con esperanza el proceso de cambio político del Estado, las orientaciones y políticas económicas, cuanto el manejo soberano del país; a mas de ser directos beneficiarios de las políticas sociales del gobierno (educación, salud, vivienda, vialidad, trabajo, servicios públicos, etc.) y que además ha sido capaz de captar crédito barato y a largo plazo; que ha visto mejorar sus ingresos a partir de mejores condiciones laborales y al manejo de la economía que ha mantenido prácticamente estáticos los niveles inflacionarios.

Igualmente gran parte del apoyo popular de la revolución ciudadana proviene de las inmensas barriadas populares de las más grandes urbes a las cuales lentamente ha llegado la acción del gobierno, especialmente en vivienda, salud y educación; y en las que crece la esperanza de mayores y mejores cambios. También la base popular de sustentación del gobierno se alimenta de una inmensa población campesina de la región litoral, en la que el gobierno ha modernizado e institucionalizado sus aparatos productivos, cuanto ha limitado grandemente la exacción extraeconómica de los sectores tradicionalmente oligárquicos ligados a la agricultura de exportación. En estos sectores de pequeños y medianos propietarios igualmente se ha volcado en gran parte el apoyo solidario y subsidiario, la asistencia técnica y el crédito barato, para apoyar el desarrollo agrario, de ahí la inmensa votación por el Si en provincias como Guayas, Manabí y Los Ríos.

Por último, igualmente empieza a despuntar la conciencia, de continuar apoyando de manera estratégica al gobierno, en el sector más consciente de la inmensa y empobrecida población indígena campesina; que por fuera de los intereses puramente gremiales de sus dirigentes; es capaz de mirar la panorámica nacional e internacional en la que se desenvuelve el proyecto de la revolución ciudadana; a la vez que mira, que lentamente su situación de postración va mejorando; y es esa la razón de que importantes sectores indígenas de la Sierra, la Amazonía y la Costa, se han ratificado en su votación por el Gobierno, por fuera de la campaña negra de sus “líderes”, de las ONGs desarrollistas y del frente opositor de la derecha, que a diario trasmite a través de los grandes medios de comunicación, las peores falsedades y mentiras sobre el proceso.

Este apoyo, a pesar en algunos casos de la ganancia del NO, es destacable en Imbabura, en la misma Riobamba, en Tungurahua, en Cañar y Azuay, en Sucumbíos, Orellana, Napo y Pastaza.

Las cifras de apoyo indudablemente mermaron en la mayor parte de las provincias de la sierra, centro han pero mucha de esta votación incrementó al voto nulo; en ello no tanto ha pesado la oposición al gobierno como tal, sino la psicosis social creada por la campaña maledicente de la derecha, a la cual han abonado los mismos dirigentes de Pachakutik y de la Conaie, sobre las supuestas afectaciones que traería el triunfo del Sí en la consulta popular; oposición que no acumula prácticamente ningún poder a estos movimientos, y, que mas bien engancha aún más a estos sectores al carro de la oposición de la derecha oligárquica e imperialista.

La inicial confianza del gobierno en los resultados de la consulta popular, en mucho se debía, a la posibilidad y al hecho cierto, que gran parte de la votación por el Sí, iba a significar el apoyo tácito de una gran mayoría a la gestión presidencial ; en el proceso de la campaña, la coalición de las fuerzas de la derecha, del centro y la izquierda oportunista con el apoyo de los grandes medios de comunicación y de hecho la mano direccionante del imperialismo, empezó a desgastar esta posibilidad, y el gobierno y el movimiento político y sectores sociales que militaban por el Sí, hubieron de extremarse para evitar el crecimiento del No.

Es por ello que incluso el aparato del Estado y del Gobierno, se tuvieron que emplear a fondo como una maquinaria de emprendimientos y acciones a favor del bienestar social y ciudadano; con ello la campaña de la derecha a través de sus medios de comunicación y de la psicosis social se vio mermada en su impacto, en grandes sectores de la población.

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