domingo, 18 de marzo de 2012



LA IDEOLOGIA ALFARISTA Y EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Los ciclos del tiempo y de los sucesos históricos, se demuestran fehacientemente en el actual proceso de revolución ciudadana, desde el inicio de su campaña, el carácter del cambio de época que se estaba viviendo en un escenario latinoamericano, con el retorno de alternativas democrático populares en el escenario de los gobiernos; se había aunado a la gesta liberal radical de los inicios del siglo pasado que permitió echar abajo a la gamonalidad terrateniente y al estado clerical – conservador; lamentablemente el proceso de reforma estatal cuanto de la economía y de la sociedad, en esa época se vio truncada por la escasa conciencia burguesa de los sectores liberales, quienes mantenían la rémora de la feudalidad y el común origen en la “aristocracia” española que no le permitió a cumplir en su totalidad con la reforma agraria, a pesar de haber liberado a la mano de obra cautiva de indios conciertos de las haciendas de los gamonales serranos; así como de haber expropiado de las manos de la Iglesia, la más grande entidad latifundista, las miles de haciendas en abandono, que fueron entregadas a un ente público autónomo, que a la larga propicio el retorno de las tierras a las mismas manos de los hacendados.
En este escenario, la revolución liberal quedó trunca, más aún con la alianza de los sectores liberal – plutocráticos y los gamonales conservadores, que masacraron a los caudillos liberales, la misma revolución liberal en el plano político se vio trunca; pero como la experiencia lo dictamina, en los grandes procesos revolucionarios, el carro de la historia no se detiene, y ya nunca el gamonalismo feudal terrateniente en alianza con la Iglesia, volvieron a ser los de antes; inevitablemente el país debió modernizarse e insertarse en una nueva correlación de las fuerzas productivas en un escenario regional e internacional de desarrollo del capitalismo.
Entonces el paralelismo, es evidente con el actual proceso que vive el Ecuador; la derrota estratégica de la partidocracia, léase de las fuerzas oligárquicas, es contundente y no admite retorno, al menos en las mismas condiciones anteriores. La drástica reforma del Estado, la viabilización de una economía moderna centrada en las mismas fuerzas y con avances estratégicos en la matriz energética y en la orientación estratégica a una sustitución selectiva de importaciones, base de la industrialización, así como el alejamiento de la dependencia del mercado oligopólico – imperialista, configuran el escenario de poder, en el cual el proceso se va volviendo paulatinamente irreversible, de ahí que el afán de las fuerzas democráticas, es que este proceso de desarrollo y cambio “pacífico” se mantenga y profundice en un período presidencial más, que cierre un ciclo de diez años de buen gobierno; y, proyecte el escenario de poder nacionalista, revolucionario y democrático en la región.
Entonces es evidente que el discurso alfarista en la actualidad cobre pleno sentido, a pesar que en el ínterin, el gobierno haya morigerado su discurso de socialismo del siglo XXI con el cual inició un cambio conceptual e ideológico profundo en la estrategia del gobierno; habido cuenta que este no fue el discurso de su campaña política, más moderado y cauto.
Y, es que al abrir el debate sobre el socialismo, se abrieron igualmente posiciones dispares sobre el mismo, desde el clasicismo del socialismo marxista a las posiciones puramente socialdemócratas. De tal manera que el Gobierno y el mismo Correa hubieron de congelar esta discusión en aras de la unidad del movimiento; y, en el primer Congreso constitutivo de APAIS, si bien se avanzó grandemente en la definición político – conceptual de su línea política, en la práctica, la decisión mayoritaria optó por mantener la estructura orgánica de un Movimiento, eso sí estructurando una dirección representativa de todas las tendencias, y obligando a bajar las banderas faccionales; con ello el intento prematuro de un sector radical socialista, de constituir una estructura orgánica partidista, quedo de lado.
Inevitablemente este debate habrá de retomarse en nuevos escenarios de poder; en condiciones en las cuales el avance de la llamada revolución ciudadana, necesariamente deba profundizarse y enfrentar a poderosas y ocultas fuerzas ideológico-políticas y culturales, que subyacen en el sistema que no termina de desaparecer; y en la necesidad de delinear un estado y una sociedad socialista, por fuera de la socialdemocracia, que inevitablemente acumula poder para el capitalismo de estado y el empoderamiento de una nueva clase burguesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario